Por: Juan Manuel Pairone
¿Chance The Rapper entiende el hip hop y su cultura como una forma de crear desde el pastiche antes que como un lenguaje musical en sentido estricto? Probablemente. Su aclamado “Acid Rap” (2013) está plagado de elementos diversos, su propia voz puede funcionar como un gag humorístico o como una suave tonada amorosa y, como si fuera poco, su último proyecto tiene tanto de jazz y experimentación como de flow y espíritu soul.
‘Sunday Candy’, nacida en el producto colectivo que supone The Social Experiment, es la canción que mejor resume ese conglomerado de búsquedas y estilos que representa la música de Chance. Como primer sencillo de “Surf” (2015), la pieza muestra un mundo sonoro que incluye la maestría de Donnie Trumpet y su instrumento homónimo, ritmos sincopados y vertiginosos, iconografía caribeña y un dueto masculino-femenino que define el componente emotivo de esta historia musical cargada de cortes abruptos y arreglos exuberantes. La canción es un equilibrio perfecto entre el silencio y el éxtasis y aprovecha la aparición en escena de cada elemento para generar un oleaje frenético de momentos e intensidades a lo largo de su desarrollo. Como una banda marcial en plena reatroalimentación grupal pero atravesada por las posibilidades de la ingeniería digital y la manipulación sonora.
El video de ‘Sunday Candy’ termina de cerrar la ecuación. Chance interpreta con la voz ese mismo personaje que protagoniza la versión audiovisual del tema y lo que sucede en la pantalla es una extensión de lo que explota en el oído. Un plano secuencia de casi 4 minutos: escenografía en yendo y viniendo; luces que ametrallan el piso; coreografías que complementan la música de la mano de un(os) cuerpo(s) de bailarines/actores que se encarga(n) de ponerle movimiento a cada sonido. No hace falta decir mucho más, esta superproducción de sonido e imagen no es otra cosa que un pequeño musical disfrazado de canción.