Desde un trono de guitarras, Dave Grohl regresó a los conciertos de rock, con todo y su fracturada pierna derecha, para actuar con su banda Foo Fighters, en el RFK Stadium de Washington, para celebrar los 20 años de la banda y su más reciente álbum Sonic Highways.
Tras cancelaciones de sus shows en Europa, incluida su participación en el festival Glastonbury, a raíz de su accidente en escena en Gotemburgo, Suecia, el 12 de junio pasado, el ex integrante de Nirvana reapareció con su extremidad cubierta por un yeso púrpura y sentado en una silla-trono con el logotipo de la banda en color guinda en su respaldo, y enmarcado por luces y mástiles de guitarras.