Tras 13 años sin pisar México y con una carrera de 31 años y 12 discos de estudio, dos de ellos marcando a generaciones completamente distintas, era evidente desde que fue anunciado el line-up de la octava edición del Corona Capital que Green Day sería la presentación más esperada del evento. Poco menos de 3 horas fueron otorgadas al trío californiano para reencontrarse con el público mexicano y de paso terminar su última gira Revolution Radio.
Es por ello que desde tempranas horas de la mañana el público se empezó a conglomerar frente al escenario principal del festival con mantas, gorras y banderas que hacían alusión a discos como Dookie (1994) o American Idiot (2004), razón por la cual la fiesta nunca paró pero que ocasionó que las bandas que precedieron a los gigantes del pop-punk se vieran ignoradas o hasta abucheadas.
El primero en salir fue Shy Girls, proyecto solista de Dan Vidmar, un productor de portland que se ha hecho de renombre gracias a sus mezclas frescas con toques downtempo que recuerdan a lo más pop de James Blake. La gente no reaccionó ante sus melodías, unos tantos aplaudieron cuando salió.
Parson James siguió el mismo esquema de pop fino basado en largas líneas de sintetizadores, beats brillosos y canciones muy bien producidas. Fue recibido con los brazos abiertos al presentar su clásico ‘Stole the Show’, el cual fue compuesta en colaboración con Kygo. Terminando su show el escenario se empezó a calentar entre gritos y empujones.
Crystal Fighters armó una fiesta para el recuerdo dentro del marco del festival. Rodeados por plantas artificiales, máscaras de tela africanas y un par de muchachas bastante atractivas, el trio de folk electrónico londinense encontró la fórmula para hacerse con el público mexicano con éxitos como ‘Love Is All I Got’ y ‘Love Natural’.
El gentío seguía empujando previo al regreso de The Drums al festival, anteriormente el proyecto de Jonny Pierce se había presentado en el 2012 como la tercera banda del escenario secundario. Hoy celebran que estarían a dos de cerrar el evento dentro del escenario principal, además de haber ofrecido su primer presentación en México de The Drums como el proyecto solista de Jonny Pierce.
Sus ganchos pop y líricas depresivas inundaron al aforo con gritos y bailes. Las canciones de su último disco de estudio Abysmal Toughts fueron muy bien recibidas, pero fueron clásicos como ‘Money’ y ‘Best Friend’ las canciones que todo presente coreó.
Al final Pierce dejó muy en claro que no necesita de nadie más para seguir con The Drums y que esta no es una banda que se haya quedado en el éxito del pasado, gracias a la popularidad de Portamento (2014), si no que su proyecto está en constante crecimiento y el público lo da a notar.
Las masas terminaron por crear un ambiente insoportable entre la banda de Pierce y la de James Mercer, chicos salían desmayados por el calor, los cuales tuvieron que ser cargados por los demás hasta la baya del escenario. Algunos otros se encontraban quejándose de los movimientos con desesperación, sin embargo, la gran mayoría seguía contando chistes, cantando canciones de Dragon Ball y en general pasando un buen rato sin importar el atascamiento.
The Shins salió al escenario sin la atención debida del público, sin importar los excelentes músicos que acompañaban a Mercer, sin importar los exquisitos visuales que acompañaron a su presentación y sin importar la interpretación de clásicos como ‘Caring Is Creepy’, ‘The Rifle´s Spiral’ y ‘Simple Song’, la gente no paraba de comentar lo aburridos que le parecían.
Unos tantos perdidos entre el público que aguardaba por el punk de Green Day coreaban las bellas canciones folk de The Shins en soledad. Al vocalista no le quedó más que echar una porra para Green Day para tratar de animar un poco su set, cosa que resultó durante un par de canciones.
Desde el inicio del set de Green Day todos los presentes se dieron cuenta de que la espera había valido la pena. Esa forma de hacer espectáculo con todos los medios posibles dejaron muy en claro que su show más que un simple concierto, es un performance digno de un Tony.
De la presentación del trailer de su documental a el momento en el cual las bocinas tocaron a todo volúmen ‘Bohemian Rhapsody’ de Queen a aquel sketch con una botarga de conejo que escondía a Tré Cool dentro, la introducción del grupo fue un chiste tras otro. Cuando Tré salió del vestido de conejo y se incorporaron Mike Dirnt y Billie Joe Armstrong la escena se veía casi apocalíptica.
Gritos, saltos, cervezas volando por todos lados cuando subió un fan al escenario para tocar en la batería al clásico ‘Know Your Enemy’ seguido por dos canciones igual de actuales y celebradas ‘Bang Bang’ y ‘Revolution Radio’. Chicos de 16 años en el público relataban antes que fueron introducidos a su banda favorita gracias a estas canciones dando por hecho que el trío sigue siendo tan relevante para las generaciones actuales como lo fueron hace 10 años en el nacimiento del emo y hace 20 dentro del movimiento pop punk.
Sin embargo fue la nostalgia dosmilera por clásicos como ‘Holiday’ y ‘Boulevard of Broken Dreams’ la que terminó por destrozar a todos los presentes, coreando a todo pulmón los dos clásicos del American Idiot (2004).
“¿Cuántos fans del Green Day de antaño tenemos por acá?“, gritó Billy Joe previó a la interpretación de ‘Longview’ de su también clásico Dookie (1994). Para aquella canción decidieron subir al “hombre más loco de México” al escenario a cantar, BJA se encontró con una verdadera joya de hombre que imitó a la perfección las dinámicas y juegos que el vocalista realiza con el público. Entusiasmado él lo abrazó al terminar de cantar el tema.
‘Youngblood’, ‘2000 Light Years Away’ y ‘F.O.D.’ sirvieron como un pequeño respiro repleto de las bromas de Billy Joe y sus discursos sociales. “Nosotros somos Green Day de México y odiamos a Donald Trump, tanto que vamos a construir un muro para que los estadounidenses no nos pongan en peligro”, gritó acompañado de un grito charro y un sombrero.
‘Nice Guys Finish Last’ fue coreada por la mayor parte de los presentes, al igual que ‘Hitchin’ a Ride’, la cual se expandió a unos 10 minutos mientras Billie bromeaba con el público.
“Hoy venimos a celebrar el amor, bajen sus celulares un momento, eso no es vida. Esto es vida, vivir los momentos, disfrutarlos cuando suceden y no guardarlos para después. No quiero ver ni un solo aparato arriba”, declaró el vocal acompañado por los gritos de un público extasiado que obedeció la indicación previo a la interpretación de ‘She’ y de ‘When I Come Around’.
‘Minority’ fue otro momento intenso, mientras que la épica de estadio ‘Are We the Waiting’ fue uno de los momentos más especiales de la noche. Posterior a ellos la gente se relajó con ‘Knowledge’ y ‘St. Jimmy’, la cual derivó en un solo en batería de Tré Cool con tintes jazzísticos acompañado por un saxofonista.
La historia confesional de ‘Basket Case’ fue coreada por todas las almas presentes, incluyendo el segmento del prostíbulo y el encierro en el manicomnio. Una canción que sigue siendo tan emocionante como extraña en su sinceridad a más de 20 años de haber sido lanzada.
‘King For a Day’, ‘Shout’ Still Breating’ y ‘Forever Now’ precedieron a un encore con los clásicos ‘American Idiot’ y ‘Jesus of Suburbia’. La banda se despidió con un segundo encore acústico con ’21 Guns’ y ‘Good Riddance (Time of Your Life)’