Ningún viaje a SXSW está completo sin hacer un recorrido por la emblemática calle “6th”, ubicada en el corazón del downtown. Esta arteria es el lugar en el que pasa todo (o casi todo) gracias a su ubicación, pero sobre todo, por la cantidades de bares, restaurantes y clubes. La sexta es un spot principal en el festival, uno puede caminar a lo largo de la avenida y encontrarse con actuaciones de artistas emergentes, locales o más colocados en la escena musical. Pero me parece que, más importante que lo anterior es la vibra del lugar en si mismo, es ahí donde recuerdas que estás en un evento masivo, que compartes la experiencia musical con miles de personas y también, que para el norteamericano cualquier pretexto es bueno para iniciar un mini springbreak, algo que la intimidad de los venues, en ocasiones, te puede hacer olvidar.
No quería dejar pasar la oportunidad de mencionarlo, porque es básico recorrer dicha calle durante su primera visita a SXSW. De vuelta a la actividad musical, ayer fue un día con demasiadas cosas ocurriendo, muchas bandas tocando y gente que salió hasta de la coladera para integrarse a las actividades del evento. Nosotros, después de una noche como la que vivimos el jueves con The Kills y Bloc Party, decidimos tomarnos las cosas con cierta calma, comer (que es algo que puedes olvidar fácilmente cuando corres de un lado a otro) y disfrutar el viaje.
Empezamos entrevistando a PINS, cinco chicas de Manchester, Inglaterra, que están dando de qué hablar del otro lado del atlántico y que empiezan a hacer ruido de este lado del planeta, platicamos acerca de sus ocho shows (sí, ocho) aquí en South y ya les contaré más de ellas, tocan esta noche en nuestro showcase anual.
Siguiendo con las entrevistas, aprovechamos para abrazar y platicar con Chris Baio, el bajista de Vampire Weekend vino a promocionar su debut en solitario, The Names. Chris es como de la casa, hace un par de años tocó un dj set en un showcase de WARP, así que siempre es bueno ver una cara conocida.
Por la tarde, que de pronto se tornó lluviosa, fuimos a Bud Light Factory, la dupla Bob Moses ofrecía un show y valía la pena verlos en un venue pequeño, difícilmente había 400 personas, y unas 100 eran las realmente interesadas. Sin embargo, esto no impidió que Tom Howie y Jimmy Vallance dieran un buen concierto, 40 minutos fueron suficientes para que nos entregaran su versión de música electrónica según la escena de Broklyn, Nueva York, con elegancia y ciertos guiños de (actitud) rock.
Permanecimos en el lugar para ver a Transviolet, una banda de Los Angeles, California formada por Sarah McTaggart, Judah McCarthy, Michael Panek y Jon Garcia. Los chicos promocionan su EP homónimo y son una mezcla de dream pop y algo de electro, aunque definitivamente sus música cobra actitud cuando están sobre el escenario; este año lanzan su álbum debut, así que vale la pena seguirlos.
Después visitamos Stubb’s, el venue más grande de entre los establecimientos que no se dedican exclusivamente a tener eventos musicales y uno de los de más alta demanda. Decenas de personas esperan en los alrededores por una oportunidad para entrar, ya que ahí se llevan a cabo algunos de los showcases más destacados de todo SXSW. Ayer fue el de SoundExchange y las cosas se pusieron bastante electrónicas, empezamos con Everything Everything, también de Manchester, quienes son conocidos por sus actuaciones enérgicas, su fusión de electro rock y pop y el carisma de su frontman, Jonathan Higgs. Ayer nos dejaron claro porque su álbum Get To Heaven era uno de los favoritos de la gente para entrar en las nominaciones del Mercury Prize.
Llegó el turno de ver a Crystal Castles, uno de los proyectos que más expectativa ha generado desde la salida de Alice Glass y la llegada de Edith Frances. Además, parecía la oportunidad perfecta para presentar música nueva, como ha pasado en algunos de los otros shows que han ofrecido recientemente. Tras una espera de 30 minutos, el baterista Christopher Chartrand y la mente detrás del proyecto, Ethan Kath salieron al escenario. Poco después apareció Frances, con lentes oscuros, abrigo y boina. Su actuación prometía mucho (se nota más suelta que en sus primeros shows, integrada y en camino a desarrollar su propia personalidad escénica, aunque su referencia inmediata siga siendo Alice), en una nocheque parecía encaminarse hacia algo memorable, sin embargo, apenas en la segunda canción del set, ‘Baptism’, los problemas de audio empezaron a hacer mella en los músicos. Kath intentó sin éxito iniciar a tocar ‘Kerosene’, tres intentos en falso hicieron que el productor abandonara el escenario, sin ofrecer ninguna explicación y bastante molesto. Tras un momento de duda, Edith dejó el escenario, y así, Crystal protagonizó uno de los momentos más incómodos de todo SXSW.
Minutos después salió al escenario Charli XCX, la inglesa hizo química con la gente apenas se puso frente al público y desde ese momento todo fue fiesta, baile, saltos y manos en el aire. Aunque ofreció un set sencillo, fue evidente el empeño que ha puesto en ofrecer una experiencia a los asistentes a sus shows, eso, más la energía que la mantiene corriendo de un lado del escenario al otro fue suficiente para que todo olvidaran el fiasco que fue Crystal Castles.
Hoy, como dije antes, nos espera el showcase de WARP, el noveno en la historia, así que les estaremos contando todos los detalles, nos leemos mañana.