Por Samantha López y Alejandro Franco
Fotografías por Samantha López y Camila Jurado para WARP
Caminar por toda la Worthy Farm es probablemente, el mejor ejercicio que un inglés puede hacer en todo el año. Las rectas repletas de tiendas de ropa y comida, los laberintos con puentes donde también se cruzan autos y camiones de producción, los árboles, las colinas, las decenas de miles de casas de campaña y los inabarcables escenarios, en un pequeño pueblo itinerante, que se comporta como ciudad, donde se establece una personalidad que continúa año tras año como si no pasara nada en el medio de una edición y otra, que de pronto hace sentir que uno es un habitante permanente de Glastonbury y que “el Presidente” Michael Eavis organizó otra vez, una gran fiesta para los lugareños.
Todd Terje and The Olsens en el West Holds. #WARPenGlasto #Glastonbury A photo posted by WARP archivo.warp.la (@warpmagazine) on
Artistas locales como George Ezra (Pyramid Stage), Young Fathers (Other Stage) y Jessie Ware (John Peel Stage), comprobaron su relevancia hoy en día en el Reino Unido con una respuesta absoluta del público en sus respectivos escenarios y un coro imparable por parte de la audiencia, como solo los ingleses saben hacerlo. Otros actos como las hermanas franco-cubanas Ibeyi se encargaron de dar color mundial muy temprano en el festival desde The Park Stage, mientras que Acollective de Israel hacía lo propio en uno de los tantos y tantos escenarios menores, Gully que también recibió a Mendetz de España. Paloma Faith, La Roux, Ella Eyre, Clean Bandit, forman parte de la siempre interminable alineación diaria de actos de vanguardia con increíbles vocales, pero con una intención totalmente bailable, que en un lugar como Glastonbury, siempre consigue el mayor efecto.
Aunque si hablamos de música bailable, lo mejor que vimos ayer y de lo mejor de todo el festival hasta ahora, es el show de Tood Terje & The Olsens, version en vivo del incredible productor noruego, que de pronto nos recuerda a Zappa, conviviendo con el mundo electrónico.
The Maccabees en Glastonbury, en casa y en Other Stage, con disco nuevo: momento histórico de esta edición 2015. Mientras otras propuestas nuevas y clásicas, hacían historia por separado; desde Father John Misty, pasando por Death From Above 1979, Suede y por supuesto el combo surrealista de The Mothership Returns con George Clinton, Parliament, Funkadelic & The Family Stone.
Con todo y lo que lo queremos en este medio, hay que reconocer que Pharrell no se merecía ni de cerca el Pyramid Stage. Nunca estuvo cómodo y queda claro que su show necesita invitados como los que tuvo hace más de un año en Coachella, o como los que tuvo Mark Ronson en la jornada de ayer. Kanye por el contrario y pese a las críticas, llenó bien el escenario principal, con un impresionante show basado en un set de luces cenitales, un DJ / sintetizador, apoyo en vocales de su primo (así lo presentó) y Justin Vernon de Bon Iver. Ah, y por supuesto su mujer Kim Kardashian que estaba entre la audiencia, se llevó más aplausos que el show entero del rapero, cuando la mencionó. No hubo permiso a ningún medio de tomarle fotografías…
Antes de ir a dormir vivimos un cierre de noche con un back 2 back entre Bicep y Simian Mobile Disco en un escenario tipo club llamado Beats Hotel y un apretujado, pero contundente show de Fatboy Slim en un escenario a propósito pequeño para lo que él significa a la escena británica, The Blues, lo que afortunadamente lo obligó a salir del DJ set de escenarios grandes y hacer algo más nuevo, impredecible y cero puntual.
Hoy por la mañana ya en el tercer día, el Dalai Lama visita la granja y ya dio un discurso en las colinas sagradas… Ya informaremos al respecto, junto con el cierre del festival.
¡Seguimos!
Momento grande. Kanye West #Glastonbury #WARPenGlasto. A photo posted by WARP archivo.warp.la (@warpmagazine) on