El pasado 24 de mayo se cumplieron veinte años del lanzamiento del segundo álbum de estudio de Travis, The Man Who (1999), un material que llegó para revolucionar a la industria de la música británica con letras que mostraron a una de las bandas más vulnerables, pero valientes que se habían visto hasta ese momento.
Reino Unido acababa de dar fin a la era dominada por el britpop con bandas que hicieron gala de melodías de un rock-pop complejo para apoyar a un sentido de superioridad nacionalista, mismas que por momentos compartieron sencillos de una gran profundidad emocional. Esto último fue lo que retomó Travis para explotarlo al máximo en un álbum que se distingue por la frialdad de su instrumentación y la tristeza de sus letras, características que los llevaron a la fama internacional.
De acuerdo al guitarrista Andy Dunlop, ellos nunca pensaron de esa forma al momento de componer el álbum, incluso mucha gente les recomendó que no lo sacaran al considerarlo un “suicidio comercial”. Sin embargo, no les importó y siguieron el sentir de su corazón, pensando que si la música podía significar tanto para ellos, también lo podría hacer para los demás.
Al cabo de unos meses, el cuarteto se sorprendió al verse con el álbum más exitoso del año bajo el brazo. En su nivel comercial, el material se convirtió en el disco con más copias vendidas en 1999, con poco más de tres millones a nivel mundial. Por otro lado, a nivel crítico llevó a la agrupación a alzarse con los Brit Awards a Mejor Álbum del Año y Mejor Banda del Año, además del Ivor Novello a Mejor Canción Contemporánea por ‘Why Does It Always Rain On Me?’.
La canción terminó por mitificar a la banda cuando la interpretaron en Glastonbury 1999 e inmediatamente empezó a llover. No necesitaron de grandes disfraces, ni de la falsa masculinidad que distinguió a las bandas que le precedieron. Lo que necesitó Travis para pasar a la historia fue un momento en el cual docenas de miles de presentes se unieron bajo el llorar del cielo para mostrar su vulnerabilidad, un momento que a palabras del guitarrista “fue la chispa que prendió nuestra fogata”.
Es por todo esto que nos sentamos a platicar con Andy Dunlop, quien ha estado trabajando en la re-edición de lujo por el aniversario del álbum. Además, la banda lanzará por primera vez a aquella legendaria interpretación en formatos físicos y digitales.
Ayer escuche The Man Who tras mucho tiempo de no hacerlo. Lo primero que llegó a mi mente es que es muy lento, frío e intimo en muchos aspectos, incluso un poco triste. ¿Por qué crees que el álbum fue tan exitoso en aquella época, siendo que la música que llega a tener ese recibimiento comercial normalmente es mucho más feliz?
Creo que a nivel sonoro no había algo así en aquel tiempo. Poco antes Pulp era la banda más grande y es una banda muy upbeat y artística, muy liberal. Cuando lo lanzamos, no creímos que iba a ser tan exitoso porque es un álbum un poco lento, triste y minimalista. Al momento nos dijeron que no podíamos lanzarlo, parecía que no vendería mucho.
¿Por qué crees que obtuvo la recepción que tuvo al momento?
Porque es honesto y habla de muchas emociones humanas sobre luchas con esperanza contra el desamor. Es muy abierto respecto a cómo lidia con él y creo que todos pueden relacionarse con eso.
Han pasado veinte años del lanzamiento de este álbum, ¿cuáles son los elementos de él en los cuales te sigues viendo, has cambiado mucho?
No creo mucho en ello. Creo que podemos cambiar un poco en nuestras personalidades, pero la forma en cómo sentimos las cosas no cambia. La forma en cómo las cosas pueden dañarte, pueden romper tu corazón o te dejan sintiendo que el mundo es maravilloso. Eso no cambia en nuestras vidas, creo que es por eso mismo que el álbum sigue siendo relevante hoy en día, canciones como ‘Turn’ que se presentan como piezas que hablan sobre la perdición del alma es aun más relevante que cuando se lanzó.
¿Cuál crees que es la razón por la cual la gente considera a este álbum tan especial, sobretodo dentro de su discografía?
Como músico nunca tienes la menor idea. La cosa es que al estar en una banda, lanzar un álbum se siente como tener un bebé, todos son especiales para ti en distintas formas. Cada álbum es especial para nosotros, pero ese en específico vendió mucho más que los demás y creo que simplemente conectó más con la gente cuando estaban buscando por un álbum como este. Tal vez esa época se definió por no tener fiestas en bares y, en su lugar, tener contacto con las emociones humanas.
Todos son especiales, cada álbum es especial.
Han estado trabajando mucho en la re-edición de aniversario de este álbum, creo que especialmente en Inglaterra han estado hablando en los medios sobre su cumpleaños. ¿No te sientes un poco nostálgico?
No mucho. Estar en una banda es un acto nostálgico. Cada vez que te sientas a hacer un setlist, eliges tres o cuatro canciones que marcaron distintas etapas de tu vida. Seleccionas algunas de The Man Who, unas cuantas de The Invisible Band, varias de un nuevo álbum. Siempre que tocas esas canciones, te transportas a aquellos años en los cuales trabajaste sobre ellas. Estar en una banda siempre es nostálgico, todo el tiempo estás viéndote en fotografías del pasado.
Es genial que estemos celebrando el álbum y está muy chido que todos vengan a escucharlo de nueva cuenta, pero para nosotros nunca se ha ido esa etapa. Es distinto para nosotros, siempre estamos viendo a aquello que hicimos en el pasado.
¿Cuál crees que sea la cosa que más aprendiste en el proceso de producción de este álbum, tienes alguna memoria específica?
Creo que lo que más aprendimos al hacer The Man Who (1999) es que siempre tienes que componer la música que quieres hacer. Porque cuando presentamos estas canciones por primera vez, nos dijeron que no deberíamos de hacerlo, que no deberíamos presentarla. Los periodistas se acercaron mucho a nosotros porque amaron nuestro primer álbum, pero nos dijeron que este álbum sería un suicidio comercial. Mucha gente nos dijo eso. De hecho, al principio tuvo pésimas reseñas, creo que le dieron un 2 en Q Magazine.
Lo que nos enseñó es que siempre tienes que seguir a tu corazón, no puedes escuchar a la radio y pensar que tienes que sonar como lo que sena ahí. No puedes pretender, eso nunca es de beneficio. Siempre hay que seguir a tu corazón, eso es lo que nos enseñó.
Claro, pero eso también te convierte en alguien vulnerable.
Estar en una banda es un acto de vulnerabilidad porque todo el mundo siempre tiene opiniones respecto a los álbumes. No puedes estar ahí, prestándoles atención. Yo tuve un breakdown cuando la gente decía que nuestra música siempre sonaba igual, yo sabía que las canciones eran muy distintas. Lo que sea, al final lo importante es seguir a tu corazón y no pensar en lo que te afecta.
Tengo esta teoría de que Travis es la primer banda de una generación que cambió la percepción de lo que podría ser un rockstar, porque los músicos solían ser muy masculinos. Ustedes siempre han sido tan abiertos…
Creo que estar en una banda es simplemente referenciar al tener a un grupo de amigos con los cuales te juntas y trabajan en música. He visto a mucha gente uniéndose a bandas para disfrazarse y eso es genial, tienen buenos adornos, pero yo lo veo como algo del pasado, anticuado. Las bandas en los setentas, que es la década en la que el rock and roll explotó, me parecen un poco embarazosas hoy en día para ser honestos.
La idea del rock and roll y de la música pop es que el músico tiene que ser como un personaje. Ahora creo que eso no importa, puedes ser quién quieras ser mientras hagas buena música, eres interesante y digas algo con lo cual la gente se pueda relacionar. No necesitas tomar testosterona o drogarte, eso es una idea pobre de lo que significa ser un rockstar para el hoy en día.
¿No fue difícil revelar esta imagen en un principio dentro de la industria musical?
No fue complicado para nosotros, fue complicado para los periodistas porque ellos estaban acostumbrados a los disfraces. Igual fue difícil para nuestros publicistas, no sabían qué hacer con nosotros, pero nosotros solo estábamos siendo nosotros mismos.
¿Crees que con esa actitud cambiaron la forma en cómo la prensa y el público debe ver a los músicos?
Sí en cierta manera. Tal vez ayudamos a que las bandas fueran más abiertas. Creo que los periodistas siguen un poco colgados al pasado, con la idea de que un músico es alguien a quien se le tiene que mitificar. Siguen amando la idea del rockstar y las historias de los setentas, las botas largas, la mitología detrás de la música.
Es aquello a lo cual siguen resaltando, pero el arte como sí mismo es lo suficientemente difícil de hacer como algo que puedes experimentar y que te conecta como un ser humano. Creo que toda esa parafernalia hace de su trabajo algo un poco más sencillo. Es más fácil puntuar esas cosas sobre la música en sí misma.
Si tuvieras que describir The Man Who como si fuera una persona, ¿cómo lo describirías?
Es una persona con el corazón roto, todo el álbum trata sobre cómo Fran lidió con el propio. Él estaba en una muy mala relación que terminó. Esos sentimientos están vertidos en el álbum de una forma muy vulnerable. Eso es algo cool, es sobre alguien que no tiene miedo de mostrar sus heridas en orden de hacerse más fuerte.
Eso es cierto, ¿tú también te sientes de esa manera?
Sí, creo que todos tenemos una visión distinta respecto a este álbum. Todos tuvimos distintas vivencias al grabarlo, pero creo que a mí me recuerda a una historia a la cual sigue volviendo todo el tiempo como banda. Fue un momento asombroso para nuestra historia, trabajamos toda nuestra juventud para llegar a él, para tener ese reconocimiento, al no poder ponerle una mejor palabra.En ese punto todos nos estaban viendo y estábamos felices porque obtuvimos la atención de las personas.
Recuerdo muy bien que leí en un libro de historia de la música moderna esta anécdota del cómo empezó a llover en su set como headliners de Glastonbury 1999 justo cuando tocaron ‘Why Does It Always Rain On Me?’.
Fue una de esas cosas que nos sucedieron que fueron mágicas. Era el Glastonbury más soleado en años porque en todos los anteriores había llovido desde que iniciaba, así que todos estaban muy emocionados por el clima. En ese momento justo estábamos promocionando a la canción como nuestro último sencillo y todos nos preguntaron antes -ahh ¿en serio creen que podrían hacer que llueva cuando toquen esa canción?-.
Solo llovió durante el momento que duró la canción, no podríamos haberlo pedido mejor. Fue una de esas pequeñas chispas de suerte que todas las bandas necesitan. Puedes ser tan bueno como quieras y tan creativos como puedas, pero todas las banda necesitan chispas de suerte. Es como hacer una fogata, trabajas en los troncos, los acomodas, pero necesitas un cerillo para que prenda. Cuando llega esa chispa, todo tu trabajo dura empieza a relucir.
Lo que pasó es que trabajamos durante años en ese momento y de repente, sin previo aviso, prendió. Fue fuego.
¿Cómo te sentiste al momento?
En ese preciso momento parecía ser otro concierto cualquiera. Fue un buen show y cuando empezó a llover todos empezaron a mirarnos estupefactos porque estaba lloviendo. Es una de esas cosas que quedan como leyendas porque pasan al momento preciso, pero mientras suceden no piensas mucho en ello.
Es la misma forma en cómo funciona la composición ¿no?
Sí, en cierta manera. Tienes que respirar y ser muy honesto con tus sentimientos. Todos los álbumes que hemos hecho han sido relevantes para las personas que solíamos ser en esa etapa. Lo que haces es ver cómo te sientes, conocerte, y esperar a que la gente se relacione con ellas.
Ahora han pasado muchas cosas muy distintas en nuestras vidas. Tenemos esposas, tenemos hijos, muchas cosas nos han afectado, nos hemos roto los huesos que nos hicieron.
Mucha gente me ha dicho que cuando tienen hijos renace su conexión con la inocencia y el romance que se pierden al entrar a la adultez.
Claro, todos los días aprendo de mi hijo y eso que te han dicho es muy cierto porque ellos suelen ver al mundo de una forma más profunda e inocente. Cuando creces empiezas a pintarlo, diciendo que hay cosas que son imposibles, pero cuando viene gente joven de nuevo a tu vida te llenas de maravilla. A mí me ha ayudado a esperar lo mejor de la gente, con esperanza.
Es interesante porque esas características también son las cosas que he distinguido en Travis desde sus inicios.
Ohh, brillante. Te lo agradezco mucho. Todos los shows que hacemos son grandiosos, siempre tratamos de crear una conexión con las personas, enseñarles cómo cantar juntos. Es el sentimiento más hermoso del mundo. Claro que luego te puedes sentir un poco cansado tras dar siete conciertos en una semana, pero hacer la música es siempre hermoso. Nunca se vuelve cansado, es el trabajo más hermoso del mundo. Tienes la posibilidad de tener fiestas y compartir con la gente todos los días.
Estas aquí para compartir tu música, servir a la gente y esperar que a alguien le resulten de provecho tus historias. Tienes que tener una conexión con las personas, hace que todo sea mucho más divertido.