Vamos a desempolvar algunos clichés británicos, en los cuales son muy buenos para el futbol o son excelentes músicos, qué gran presión. En 1994, Blur lanzó su tercer álbum de estudio titulado Parklife, el cual parece ser un listado sacado de la idea “cómo ser un londinense”.
Sin ánimos pretenciosos, Albarn y compañía retrataron una vez más lo emblemático de su nación, solo que esta vez lo hicieron desde lo cotidiano y nada extraordinario, puesto que el espíritu nacionalista había quedado en Modern Life Is Rubbish (1993).
El disco está estructurado a través de 16 temas, 5 de ellos fueron singles, tales como ‘Girls & Boys’, el cual se relacionó con la fiesta pero solventa las bases de un grito a pansexualidad; ‘End of a Century’ se encargó de la nostalgia futurista; ‘Parklife’, donde Albarn ya coqueteaba con el rap de una forma satírica; mientras que ‘This Is a Low’ se encargó de exaltar a Inglaterra de una tenue y sutil composición; finalmente salió ‘To the End’ dedicada a los triángulos amorosos destinados a fracasar.
Hoy este álbum cumple 24 años, el cual le dio fama internacional a Blur, consiguiendo hacerse de algunos Brit Awards, además de ser nominados al Mercury Prize. Fue un año donde bretaña se hizo presente, también el fin de una era comandada por Kurt Cobain, que sorpresivamente murió ese año, recordando que el supuesto enemigo principal del bripop fue la escena grunge.
Cool Britania y la política de Tony Blair encasillaron al cuarteto de Colchester y a toda la comunidad artística contemporánea bajo ese concepto, a pesar de tener muchos nombres para definir a esa generación, viéndolos con lupa, diferían bastante, incluso por ser tan jóvenes estaban en busca de identidad, que si bien, fue apoyada por su orgullo nacionalista, este no les duró tanto, al menos así fue con Blur, hasta que salió el álbum homónimo en 1997, donde el acercamiento a a la década de los treinta, hizo cambiar y/o consolidar ideologías de varios líderes del los tempranos años noventa.
Para este disco se tuvieron varias complicaciones, Food Records pasó a manos de la hoy extinta EMI, y David Balfe –quien vendió la disquera– odiaba el ‘Parklife’, incluyendo a la banda, considerándolos un error. Algo que hubiera sido totalmente erróneo, hubiera sido permitido a Balfe, llamar ‘London’ al disco a cuestas de la banda, encima elegir una portada con frutas y verduras. En lugar de ello, se eligió una postal del servicio postal –valga la redundancia– Royal Mail, en la que se aprecian dos perros galgos en las famosas competiciones del estadio de Walthamstow, donde también se le tomaron fotos a la agrupación y se aprecian al interior del booklet.
Un álbum de tintes genuinamente pop, pero también con signos de experimentación expresados en ‘The Debt Collector’ con referencia al jazz, ‘Clover Over Dover’ de esencia barroca, mientras que su sello instrumental se hizo presente a través de “Lot 105.” La producción fue realizada por Stephen Street, una grabación de larga duración que debutó como número 1, el 25 de abril de 1994, en la lista UK Album Charts, manteniéndose en el conteo por 90 semanas.