Por: Santiago Gonzalez Cragnolino
En marzo de 2011, como adelanto de su disco “Suck It And See” (2011), los Arctic Monkeys sacaron como corte de difusión la canción ‘Brick By Brick’. Una vez pasado el impacto de su riff de guitarra tajante, rocanrolero y decididamente retro, lo que llamaba la atención era la letra de la canción. Si dijera que Alex Turner suele poner especial énfasis a sus narraciones, repletas de imágenes evocativas y giros personales, mi primera muestra de evidencia no sería Brick by brick, una letra simplona y llena de lugares comunes. La estructura es híper sencilla y repetitiva: el cantante afirma prepotentemente su deseo (I wanna build you up/quiero construirte) y se sigue la frase “brick by brick” (ladrillo a ladrillo).
Con el correr de los días se formó en mi cabeza la idea de que el receptor de la canción no era un objeto amoroso, ni el oyente y ni siquiera, en un giro ridículamente literal, una pared. En realidad el cantante se refería a su propia creación, un artefacto que habla de sí mismo y su propia construcción, ladrillo a ladrillo (que también puede ser leída como paso a paso). La música que generaba su banda era la receptora de las líneas que decían que la iban a levantar y que la iban a derribar, para construirla de nuevo. El pasaje intermedio parece confirmar esa idea, cuando la banda aminora el ritmo y el riff pasa de ser una serie de golpes a un suave ronroneo, y la voz de Turner reluce seductora. Aquí, decididamente, el cantante británico hace una oda lujuriosa a su propia canción, el objeto que paulatinamente va transformando, la materia que manipula casi con obscenidad, sobre la que hace y deshace a placer.
Es interesante que el personaje protagonista del video no sea la chica, sino el disco que contiene la grabación. Tal vez mi idea no sea tan errada después de todo.
https://youtu.be/qOTRx3ZqjjI