Hay una incontable cantidad de objetos ficticios dentro de la saga de Star Wars que se han convertido en elementos indispensable de la cultura pop. Uno de los más representativos y que mayor impacto han tenido en el imaginario social es el sable de luz.
Un arma ficticia similar a una espada tradicional salvo por el hecho de que su hoja en lugar de ser de hierro, es un haz de energía tipo plásmica. Su sonido característico y su impactante figura fue presenciada por primera vez en el Episodio IV de la saga, Una Nueva Esperanza.
Desde su origen, los Sith y los Jedi combatían con sables que en un inicio eran hechos de metal, similares a las katanas japonesas.
Tras las guerras mandalorianas y la revolución Jedi, los sables de luz fueron inventados dentro de unos laboratorios Sith. Ellos descubrieron que al disparar un rayo de energía concentrada en un cristal proveniente de Dantooine, esta generaba la suficiente energía para cortar casi cualquier material.
Todo esto se explica dentro del videojuego Star Wars: Caballeros de la Antigua República, mismo que declara que los Jedi tuvieron que adoptarlas de forma obligatoria pues sus sables tradicionales eran destrozados por aquellos de los Sith y sus experimentos con escudos energéticos y otros materiales no dieron ningún resultado.
Con el tiempo la tecnología aplicada a los sables de luz evolucionó, permitiendo integrar cristales para decidir el color del sable, cristales que decidirían el corte y otro dedicado al generador de energía.
Los sables de luz se pueden dividir en distintos tipos según sus cualidades físicas, colores y poderes especiales.
Una de las formas más sencillas de clasificarlas es a base de su color, los Jedi son famosos por utilizar colore saturares como el azul y el verde, mientras que los Sith utilizan cristales artificiales como el rojo.
Los Jedi seleccionan su color debido a la característica principal de quien lo ocupa, así como dentro de su cargo en la orden Jedi.