Hoy estamos de luto ante el fallecimiento de Keith Flint, bailarín de The Prodigy que con el tiempo se convirtió en el vocalista principal del grupo y en su figura más representativa. Una imagen impactante caracterizada por un rostro repleto de piercings y maquillaje, el artista representó una alternativa humana para llevar a la música electrónica a los escenarios más grandes de todo el mundo.
Liam Howlett es un produtor prodigioso y visionario que logró transformar a The Prodigy de un pequeño acto de club al proyecto de música electrónica más grande del mundo. Su primer par de álbumes presentaron una original y ecléctica fuerza musical que combinó lo mejor de ambas escenas hardcore de Essex, Inglaterra, con vocales punk y hip-hop sobre instrumentaciones electrónicas. Logró un reconocimiento crítico y comercial importante, presentándose en las prestaciones más esperadas del año con un álbum que llegó al número uno en 1994, el productor rápidamente se enfrentó ante la intensa tarea de mantener la atención de miles de personas sobre los principales escenarios del mundo.
La resolución estandarte a este problema había sido hasta ese entonces, y sigue siéndolo, el contratar a una cantidad obscena de aparatos visuales. Proyectores, láseres y pantallas gigantes inundan los conciertos de música electrónica más grandes del mundo, pero para The Prodigy no fue así. Liam encontró una opción distinta con el calor y violencia que sólo puede crear un hombre. Lo encontró en Keith Flint, quien entró de lleno como uno de los mejores front-man del mundo.
Carismático, el showman se presentó como una figura atemorizante que brincaba como un pequeño diablillo alrededor de los enormes escenarios, pegando gritos e interactuando de forma directa con la gente. La música densa del productor encontró su alma en la figura de Keith, una alternativa humana al vistoso juego de luces.
Segundo sencillo del primer álbum de estudio de The Prodigy con Keith en las vocales en 12 años, ‘Omen’ no fue una decepción para los acerrimos seguidores del trío big-beat. La intensidad del arpegio del sintetizador que sirve como base melódica de la canción se intensifica con los gritos de Hewlett, quien corta ante la entrada de esa aterradora secuencia de xilófono.
La canción más esperada en cualquier concierto de The Prodigy y probablemente el tema por el cual más se le recordará más a Keith Flint, ‘Firestarter’ llegó en un momento tenso para el Reino Unido. Víctimas de terrorismo, los ingleses vieron una fuga catártica al vocalista que se presentó por primera vez en el audiovisual, gritando y golpeando el subterráneo de Londres.
La capital inglesa vuelve a hacer su aparición en la discografía de la agrupación en esta canción, uno de los últimos cortes del último álbum de estudio que grabaron en compañía de Keith. Sus vocales aquí condensan en buena parte la violencia histórica de su acto vocal.
Tema icónico del antepenúltimo álbum de estudio de The Prodigy, esta pieza golpea al escucha con fuertes ritmos big-beat que hacen uso de una amalgama intensa de sampleos condensados con un phaser. La tensión de la canción se expande hasta que entra Keith al juego, liberándola con sus gritos.
Único sencillo sin un álbum de por medio, esta pieza sirvió como una despedida a Keith del grupo previo al lanzamiento de Outways Outnumber, Never Outcome (2001). Un álbum en el cual Liam no hizo uso de su vocalista, un tropiezo en su carrera que fue corregido a finales de esa misma década.
El segundo y último tema de The Prodigy en conseguir la primera posición del UK Singles Charts, ‘Breathe’ vio a Keith y a Maxim haciendo un dueto intenso que se convierte rápidamente en un tema post-apocalíptico repleto de ganchos pop irresistibles y puentes instrumentales intensos.
En su regreso a la proyecto, la banda utilizó más que nunca a la voz de Keith. Esto es más que notable en su track solista ‘Run With The Wolves’, el cual hace uso de una intensa guitarra eléctrica y una batería industrial.
Keith Flint no formaba parte de The Prodigy como vocalista en esta etapa del proyecto, pero no hay duda alguna en que este sencillo de su álbum debut los catapultó a la fama internacional. Con un sampleo sacado de la discografía del icono del reggae Lee Scratch Perry, Liam Howlett logró crear una pieza curiosa que logró hacerse con un puesto importante dentro de las pistas de baile más grandes del mundo con una serie de sonidos infantiles y Keith brincando alocadamente a su alrededor mientras la amalgama de sonidos golpeaba a su público.
Fuera de The Prodigy, Keith Flint no logró un proyecto soñado como quería con su banda Flint. Tampoco llegó a colaborar con mucha gente fuera de Inglaterra, razón por la cual resulta extraño que le haya prestado sus vocales al productor dubstep Caspa en una de sus canciones más alejadas al género de su carrera. ‘War’ es una pieza big-beat potente que gracias a Keith Flint retoma los elementos más importantes de The Prodigy.