Hace ya casi 6 años que Disney anunció inesperadamente que había comprado Lucasfilm, con todos los derechos de franquicias como Indiana Jones, y claro, Star-Wars, el principal valor de la empresa, y la razón por la que The Walt Disney Company gastó 4 billones de dólares.
Uno de los planes que vino junto con la compra fue explotar al máximo el universo de La Guerra de las Galaxias, para entregar una cinta al año, alternando entre la historia principal que sigue el camino de los Skywalker, e historias pertenecientes a todos los rincones de la galaxia, comenzando con Rogue One, que vimos hace dos años, y en esta ocasión, una historia de origen del famoso contrabandista espacial, Han Solo.
En primera instancia, ver películas individuales sobre Han Solo suena bastante interesante, esto gracias a su mítica historia, la cual hemos conocido en su mayoría a base de frases a lo largo de la saga. Pero en papel, la historia es un poco diferente cuando tomamos en cuenta que gran parte del carisma del personaje, proviene del mismo carisma de Harrison Ford, quien definió a Solo como un héroe o antihéroe, muy importante para toda una generación.
Ese era el mayor miedo que tenían los fanáticos de Star-Wars, cuando se dio a conocer que el elegido para el papel, sería el joven actor, Alden Ehrenreich, quien no tiene precisamente una gran filmografía bajo el brazo.
Por si no fuera poco, ya con un punto en contra, durante el rodaje de Solo: A Star Wars Story, ocurrió un escándalo debido a la extraña forma de trabajo de quienes serían los directores originales del filme, Phil Lord y Chris Miller de The Lego Movie, situación que explotó cuando el reparto y el equipo detrás de este spin-off, prácticamente demandaron la remoción de los cineastas, quienes terminaron siendo reemplazados literalmente de un día para otro, por Ron Howard.
Si todo eso no era suficiente, todavía tenemos que considerar que durante la producción de la película, se dio a conocer que Disney contrató a un coach de actuación para Ehrenreich, quien parecía no dar el ancho al ponerse los zapatos de Harrison Ford.
Dejando de lado todos estos problemas que surgieron durante la creación de la cinta, era de esperarse que Disney no tuviera mucha confianza en el trabajo final, un tema que incluso se vio reflejado en la mínima mercadotecnia que rodeó al estreno de este trabajo, cuyo primer tráiler vimos apenas hace un par de meses.
Ahora bien, si consideramos todos estos puntos anteriores, la verdad concreta, es que la película no es el desastre garrafal que se había predestinado.
La historia de “Solo: A Star Wars Story”, nos muestra los años de juventud de Han, desde que logra salir de Corellia, un planeta lleno de pobreza y desigualdad, para terminar uniéndose a un grupo criminal, que tiene algunas deudas pendientes con un mafioso intergaláctico.
Como ya nos podíamos imaginar, la premisa de la cinta se basa en un estricto camino por el cual, Han debe conocer a Chewbacca y a Lando Calrissian, personajes clave en la mitología de Star-Wars. Es por esto que las expectativas por ver el primer encuentro de Han y Chewie, y de Han y Lando podían jugarle una mala pasada al filme en cuestión de cierto nivel de impresión para el espectador.
La verdad es que la película logra entrelazar las historias de estos tres personajes, de una forma bastante decente, por lo que aunque sus primeros encuentros no son totalmente épicos, sí tienen ciertos toques que hacen que hasta cierto punto, la historia se sienta más humana.
Las actuaciones principales son en su mayoría bastante destacables, sobre todo la de Donald Glover como Lando Calrissian, la cual es un gran acierto. El actor logra reflejar casi a la perfección, los movimientos, manierismos y el estilo de Billy Dee Williams, e incluso hasta podríamos decir que lo sobrepasa, gracias al trabajo de vestuario, maquillaje y peinado, y claro, esos ciertos toques de genialidad que añade Glover al rol.
Woody Harrelson, Paul Bettany, y sobre todo, Emilia Clarke, sacan sus papeles a flote, considerando que son personajes que nunca habíamos visto en la serie de películas, y deben ser parte clave en la construcción del Han Solo que conocemos.
Alden Ehrenreich lo hace sorprendentemente bien. Hay momentos en que sientes que estás viendo a otro Han Solo, sobre todo en la primera parte de la cinta, pero conforme avanza la trama, su relación con el Han Solo que conocemos, cada vez se hace más cercana, hasta llegar a algunos momentos en que ves al mismo sinvergüenza de la trilogía original.
A pesar de que las actuaciones son en gran parte buenas, uno de los principales problemas de la película, es el ritmo.
Solo: A Star Wars Story cuenta con su pequeña dosis de comedia, sus claros momentos de acción, y ciertas salpicaduras de tensión; El principal dilema con esto, es que muchos de estos momentos pueden llegar a ser a veces tediosos. Lo sorprendente del caso, es que esto ocurra cuando estamos viendo una batalla, una persecución, o un momento de vida o muerte.
Además de esta disparidad en el ritmo general del largometraje, también tenemos una sequía de momentos realmente memorables, como los que hemos visto en gran parte de la saga. Las bromas en su mayoría son de hit & miss, varios de los personajes que se introducen por primera vez son olvidables, e incluso, la película carece de un sentido de riesgo mayor, que le transmita al espectador, una noción de que los héroes están tomando un viaje que cambiará sus vidas para siempre.
Además de esta cierta carencia de emociones, Solo cae en una fórmula de Star Wars que ya comienza a volverse repetitiva. A lo que me refiero, es que cuenta con muchos aspectos que se han repetido constantemente a lo largo de la existencia de la franquicia desde 1977. Por ejemplo, contamos con una persecución espacial, una secuencia con muchos aliens en pantalla al mero estilo de la cantina de Mos Eisley, analogías con términos intergalácticos, que obviamente el espectador no conoce, por lo tanto deben ser graciosos, infiltración a bases o áreas enemigas haciendo uso de uniformes, prisioneros falsos o disfraces, evasión de naves enemigas en un campo de asteroides.
Dejando de lado estas inconsistencias dramáticas, en lo que sí acierta la película, nuevamente es en las interrelaciones con las que cuentan los protagonistas. Han y Chewie forman una genuina relación de amistad en esta historia de origen, Lando se convierte en ese personaje engañoso y carismático como lo vemos en “El Imperio Coontrataca”, e incluso la dinámica con Qi’ra, Emilia Clarke, logra sentirse fresca, debido a los diferentes matices con los que cuenta el personaje.
Entre los toques que seguramente se agradecerán por los fanáticos, está que por fin tenemos una verdadera historia detrás del pasado de Chewbacca, quien se siente mucho más desarrollado en este filme, a diferencia de básicamente todas sus apariciones hasta la fecha.
No hay que dejar pasar algunos guiños por aquí y por allá, así como una aparición especial un tanto extraña, que dejará a muchos asistentes que solamente han visto los filmes, sin adentrarse al universo expandido, rascándose la cabeza y totalmente confundidos.
A pesar de todo y tomando en cuenta los grandes problemas por los que pasó durante su realización, Solo: A Star Wars Story no es un completo desastre. Es entretenida desde una perspectiva general, además de que logra presentar una especie de universo dentro del universo de Star-Wars que ya conocemos, dejando la historia en un final que está pensado para dar cabida a futuras secuelas protagonizadas por Han Solo
Calificación: 7/10