Por: Julián Woodside
Muchas veces nos encontramos con frases como “es que no hay nuevos proyectos musicales que valgan la pena en el país”. Cuando una crítica así la hace el público es entendible, no es su obligación buscar, y muchos medios no le ofrecen la información. Pero cuando la hace gente involucrada en la industria musical, quiere decir que no está haciendo bien su trabajo.
En la actualidad no hay excusa, es tan sencillo como navegar una noche por la red para encontrar infinidad de expresiones de calidad en diversas escenas en el país. Si bien es un hecho que antes no se le daba espacio a ciertas propuestas por no cumplir con estándares de calidad mediáticos (grabación, estilo, etc.) ahora es indiscutible que nos encontramos ante una gran oferta de proyectos en toda la república que, sin importar el género, cumplen con dichos requisitos. Cabe aclarar que no se trata de buscar neciamente a esa “próxima gran banda”, pues la realidad es que el público se ha fragmentado. Pero es necesario dar continuidad y fomento a nuevas escenas no por un romanticismo, sino incluso por cuestiones económicas.
El decir “no está pasando nada” es falso, simplemente hay que voltear lejos de los espacios tradicionales. Tenemos múltiples ofertas musicales contemporáneas. Recientemente Audition Records lanzó el compilado “The Other Mexico. Beyond The Pyramid (2005-2013)” con una gran cantidad de artistas experimentales. 56KBPS Records ha lanzado varios compilados con artistas de Chiptune. También están colectivos como Los Grises, quienes arman tocadas con músicos involucrados en distintas variables del metal (Apocalipsis, Monogatari y Underground Communication Centre por mencionar algunos), o Colapso Post Rock, quienes están haciendo lo mismo desde diversas propuestas de rock más ambiental. Elephant Woman nos ofrece una bellísima propuesta de electrónica orgánica y minimalista desde Tijuana. Parazit hace lo suyo desde Guadalajara con un Mathcore-Progresivo. Akuma presenta desde Morelia un Sludge Metal straight edge muy impactante. En la electrónica encontramos a Shiro Schwarz, Miguel Puente, Signal Deluxe, Bronx y Louie Fresco. Finalmente tenemos a una Renee Mooi, que junto con Polet y las chilenas Mon Laferté y Mariel Mariel nos ofrece un pop-rock muy refinado que supera por mucho al pop mainstream (y así podría seguir con escenas como el jazz, el blues, el hip hop y muchas más).
Algunos dirán “si, pero no hay una proyección internacional de los artistas mexicanos”, eso también es falso, pues en fechas recientes hemos visto (o veremos) a varios músicos de gira por diversas latitudes:
Sí claro, bandas clásicas noventeras también lo hicieron (y desde antes), y lo mismo ha ocurrido desde hace décadas con compositores cuyas piezas han sido presentadas en otros países, pero estamos en el 2013. Hay una gran oleada de artistas independientes abriéndose paso con o sin el apoyo de los medios. Así mismo, cada que hacemos una crítica así no podemos ignorar la labor de músicos que sin ser contemplados por la prensa supuestamente “especializada” no han dejado de tocar en otros países (conjuntos de banda, norteño, tropical, sonideros, rock urbano, etc.)
La historia no es nueva, pero mi pregunta es, ¿será que caeremos en lo mismo de siempre o dejaremos de quejarnos y abriremos los ojos para seguir de cerca estas trayectorias? Es tan sencillo como salirse del circuito Condesa-Roma-Centro y de los Festivales Masivos y voltear a ver a toda la república (vamos, hasta sin salir de casa).
Para terminar quisiera destacar el trabajo de Larissa Bel, Aletz Franco y la gente de Afterpop, entre muchos otros, pues realizan la constante labor de mantener al público actualizado desde diversos nichos (y que son fuente de información para mí).