“A un año del huracán, todavía hay gente sin electricidad en sus casas, más de 3,000 personas murieron y Trump sigue negándolo”, declaró Benito Martinez Ocasio, mejor conocido como Bad Bunny, previo a interpretar la canción ‘Estamos Bien’ sobre el escenario del programa de Jimmy Fallon en su debut en la televisión estadounidense. Una imagen que impactó en los televidentes del mundo al retratar un cambio importante dentro de la actitud y mensaje de las principales estrellas populares latinoamericanas.
La pieza fue escrita poco después de vivir los terrores del huracán más catastrófico en la historia de Puerto Rico. Una canción que funge como un tema motivador dirigido a su gente que resalta las cosas favoritas de Benito con respecto a su país en el video promocional, una isla por la cual ha obtenido una gran cantidad de credibilidad como artista y luchador social, resaltando la serie de protestas que lideró junto a Residente a mediados de este mismo año. Fuera del contexto del desastre natural, también funge a la perfección como el cierre de uno de los álbumes más densos, en cuanto a materia emocional, de esta década.
No ha pasado un año desde el lanzamiento de X100PRE (2018) y el debut de Bad Bunny ya puede ser considerado como todo un hito para la industria de la música hispanohablante. A nivel comercial, no ha salido del top tres del Billboard Latino desde entonces; a nivel crítico, fue reconocido hace unos días por Pitchfork como el quinto mejor álbum del año. Pero lo más importante es su impacto social, puesto que inició lo que el intérprete considera como “La Nueva Religión”, con millones de seguidores alrededor del mundo que se ha dejado seducir por su mensaje de justicia social y que ha quedado aferrado a sus letras, que presumen de un enfoque único en relación al desamor.
Al igual que en su discurso e impacto político, en su música Benito genera un aura de poder y positivismo en relación a todas las dificultades por las cuales atraviesa un joven cualquiera. Contrario a la mayoría de las estrellas pop internacionales, cuando Bad Bunny le habla a su ex-pareja, no lo hace desde una posición rebajada, no llora, no implora, lo que hace es tomar su lugar con dignidad y relatar lo vivido, melancólicamente, pero también con bastante fuerza en sus momentos más frágiles… con un despecho impactante.
Hay muchas cuestiones por las cuales este será un álbum histórico. Podemos hablar de su propia estética, integrando elementos minimalistas a su arte que le da un nuevo enfoque bastante importante al reggaetón y trap en español, logrando una imagen pulcra que lleva al género a la vanguardia del pop internacional.
También podemos hablar del material a nivel musical, enfocado en beats de trap intensos, melodías pegajosas y cambios estructurales estupendos que colocan a sus canciones en una posición incluso de experimentación musical. Sin embargo, probablemente la función más importante de este material es que ha tenido un impacto social rastreable en relación al cómo la juventud latinoamericana se relaciona con sus propias inseguridades, fragilidades, y estilo de vida, convirtiendo a algunas actitudes consideradas como femeninas, en elementos aceptables dentro de los hombres.
Ya se han escrito decenas de ensayos en revistas de todo el mundo en relación a la idea de que el trabajo de Bad Bunny dentro de su música y como figura pública ha abierto un abanico de posibilidades para que los adolescentes hagan cosas que van desde el pintarse las uñas y usar falda como un accesorio más de moda, hasta para hablar en relación a cuestiones de salud mental. Sin embargo, siempre que se habla de este álbum, vale la pena resaltar el mensaje de dos canciones particulares dentro del material.
El primero de estos es ‘Caro’, una canción construida a tres partes con una introducción y un final totalmente trap en el cual el Conejo Malo se dedica a predicar respecto al orgullo materialista presente en el reggaetón. Sin embargo, su discurso cambia en la parte final, cambiando el materialismo por orgullo propio, modificando la frase inicial de “me ven y me preguntan ¿por qué visto caro?” a “ahora lo tengo todo claro, con dinero o sin dinero soy caro“. Cambio que deviene de un puente, fuente de un corte armónico, que cuenta con un fondo a sintetizadores atmosféricos, coros vocales de parte de Ricky Martin, y el canto de Bad Bunny, quien se pregunta por qué no puede seguir alardeando de todo lo que tiene aunque eso lo haga feliz.
Lo más interesante de aquella canción es cómo Benito logra relacionar el verdadero mensaje de la pieza con su video musical. En un inicio se le ve pintándose las uñas, tras lo cual cambia su figura a una femenina que alardea de todo lo que hace Bad Bunny. A mediados del video, ella se encuentra con su versión masculina, congenian, se besan y vuelve a aparecer el cantante dentro del panorama general del audiovisual, con las uñas pintadas y usando falda. Es una nueva representación del cómo abrazó a su propia feminidad para finalizar como un ser completo, costoso y libre. De la misma forma, juega con figuras femeninas que normalmente no son vistas en ciertos panoramas para mostrar el valor de todos por igual. Podemos ver a ancianas, a pacientes con síndrome de down y chicas obesas, entre otras, desfilando por una pasarela. Mostrando su belleza en un estatement que busca la aceptación de todos por igual.
Por otro lado, ‘Solo De Mí’ es una pieza imprescindible que habla respecto a uno de los temas más importantes, pero duros, por tocar dentro de Latinoamérica y ese es la violencia en contra de la mujer. Basada en tres acordes de piano, la pieza es una intimista con detalles en sus coros, un paisaje de xilófono, teclados atmosféricos y algunos otros tantos elementos que generan tensión alrededor de la melodía principal. En el audiovisual podemos ver en un plano fijo a una chica, parada frente a la cámara, que canta la letra con la mirada fija sobre nosotros mientras voltea con agresividad a lo lados, pretendiendo ser golpeada. La letra de la pieza es un comentario confrontativo cuyo mensaje resumido es “no soy tuyo ni de nadie, soy solo de mí“. Algo que deben entender todas las partes involucradas en una relación en la cual se vive violencia.
Algo también interesante del material es el espíritu político que Benito da a notar en varias de las canciones del material. Pues pese a ser un acercamiento emocional a sus relaciones fallidas, en un trabajo introspectivo por completo sobre las fragilidades y problemas en la vida personal del artista, logra tocar varios de estos puntos introduciéndose o referenciando por completo a hechos históricos que han marcado la presente situación política de Puerto Rico.
El caso más obvio es la canción ‘RLNDT’ cuyo título es una referencia directa al niño conocido como Rolandito, quien desapareció a mediados de los años 90 dentro de la ciudad de San Juan. Hecho que escandalizó a la isla por completo debido a que se suscitó a pocos días de la entrada de las fuerzas armadas estadounidenses a la isla, en una visita que rompió los acuerdos de relación entre los habitantes de Puerto Rico con el gobierno del país al cual siguen anexados. Los soldados son hasta hoy en día los principales sospechosos en relación a su desaparición. Así es como Benito retoma su figura para convertirla en una canción que habla respecto a su propia desaparición personal, víctima de la depresión y la ansiedad.
Otra más es ‘Ser Bichote’, en la cual sigue el juego de la mayoría de los raperos en español por cantar respecto a su afición en relación con el mundo del narcotráfico, declarando que le gustaría ser un “bichote”, como se le conoce a los narcomenudistas en la tierra boricua, debido a que solo así podrá conseguir todo lo que quiere. La pieza da un giro político inesperado cuando empieza a hablar respecto al control fiscal de la isla, afirmando que “¿qué esperaban? se cierran escuelas, mientras se abren puntos, entonces ¿qué hago?, dime, te pregunto”.
Finalmente, gracias a todas estas razones, podemos afirmar que X100PRE (2018) tendrá relevancia histórica tanto para la industria de la música a nivel internacional, como para la cultura latinoamericana. Es un álbum que marcará una tendencia importante en el mundo de la música urbana y que representa a la perfección a la generación saliente, una Generación Z que se distingue por ser confrontativa, que alza la voz con respecto a las principales problemáticas sociopolíticas del mundo. Tal como Bad Bunny.