Hecho en Costa Rica
Cuando estábamos en el colegio, recordábamos que los productos principales de exportación en Costa Rica eran, primero el café, y después el banano. Luego el banano desplazó al café, hasta que vino Intel, y de repente lideraban los microchips. Algo que muchos soñamos desde hace rato es que la mejor música de Costa Rica se exporte y se luzca fuera de nuestras fronteras.
Para todos los que hemos ido a cientos de conciertos en bares, o seguido de cerca la escena, tenía sentido pensar que algunas de estas bandas que tocan por tres mil colones en el Lobo Estepario contaban con las características necesarias para enamorar a audiencias foráneas.
El festival de música es, sin duda, el fenómeno sociocultural que en este momento abre la puerta a las bandas en el exterior, y los músico locales no son la excepción. Nos entusiasma recibir la noticia de que Los Cuchillos y Alphabetics han sido sumados a carteles de importantes festivales, y que Sonámbulo, The Great Wilderness y Las Robertas continúan sumando aciertos en su currículo festivalero. Nosotros, además de celebrarlo, trabajaremos para informar sobre estos importantes pasos.
Aprovechamos el momento para compartir un texto que nos preparó Sonámbulo respecto a su vivencia, el pasado octubre, en Austin City Limits.
– WarpCR
Anotaciones posteriores a Austin City Limits
La música verdaderamente rompe todas las fronteras y, al momento de tocar, sentimos una empatía instantánea de parte del público, que se deja llevar por el ritmo, y que se entrega sin resistencia al trance. Esta reacción nos hace sentir siempre en casa, entre hermanos, y la visita a Austin, Texas es un ejemplo más que perfecto.
En primera fila, identificada con banderas y una euforia que pronto se propagó entre los miles de asistentes, la barra tica se encargó, tal vez sin intención, de ejemplificar cómo se disfrutan al máximo nuestras presentaciones. Nos llenaron de confianza, amigos.
La experiencia completa de formar parte de un festival tan grande es algo que nunca olvidaremos. Debo subrayar que el trato hacia nosotros, los artistas, fue especialmente cálido y respetuoso. Agradecemos el gesto, y también damos las gracias al Festival Imperial por el empujón con esta visita.
Lo más enriquecedor del viaje fue compartir, de tú a tú, con más de ciento veinte artistas. De palabra motivo -e insisto- a las demás bandas nacionales a que, cada vez con mayor frecuencia, se den la oportunidad de vivir experiencias como la nuestra en Austin. El fogueo de los festivales enriquece al grupo, obviamente, pero ese conocimiento también beneficia a la escena cultural nacional con nuevas ideas y perspectivas, y finalmente, a largo plazo, todo este valor mejora la percepción de nuestra escena en el exterior. Estoy seguro. Además, aplicar no cuesta (casi) nada.
– Cuenca (Sonámbulo)