A dos años de su formación, Mint Field presenta su disco debut. Un material en el cual el duo formado por Estrella del Sol y Amor Amezcua explora los sentimientos del desaliento que llega al dejar la adolescencia atrás con instrumentales delicados basados en dinámicas reconocibles dentro del post-rock y en experimentos comunes del shoegaze.
Ante el nivel de detalle que carga esta producción resulta ridículo pensar que la propuesta nacida en Playas de Tijuana, México, inició cuando sus cabezas tenían apenas 19 años de edad y no sabían tocar sus instrumentos, sus miembros ahora tienen 21.
“El grupo se definió en que eramos unas niñas y, bueno, todavía lo somos, pero ahora sabemos un poco más”, me dijo Amor respecto a la afección que la banda tenía en un inicio por las rosas y “las cosas muy girly.”
“La última vez que grabamos ‘Ciudad Satélite’, tratamos de hacer que las guitarras sonaran más fuertes, suena más madura”, declaró Estrella. Pero, sin importar la intención de las chicas, el trabajo habla por sí mismo y carga con todos los sentimientos románticos, frágiles y rosas que mostraron en sus inicios, aún y con su intento por ‘endurecer’ su sonido.
Es probable que aquí es en donde peque un poco el disco y en donde se le note menos maduro al proyecto, pues el punto más fuerte del duo es la fragilidad de su música.
Este es un álbum sobre las complejas emociones que se viven al salir por primera vez de casa, cuando te das cuenta de las crueldades del mundo y de que las concepciones del éxito, el amor y la amistad sólo son eso, concepciones. Un trabajo sobre la fragilidad del crecer que toca de forma brillante y poética la confusión de estas dos niñas y la transforma en canciones repletas de una atmósfera fría y cantos tibios.
Con ‘El Parque Parecía No Tener Fin’ se alejan de la inmortalidad de la infancia entre sintetizadores, guitarras con feedback, coros, sintetizadores y un lento ritmo mientras se escuchan grabaciones de ambas hablando sobre el parque, como si se tratara de un poema sonoro.
A lo largo de los 13 tracks tocan temas como el cambio, ‘Cambios Del Pasar’, ‘Nada Es Estático y Evoluciona’, y la pérdida ‘Nostalgia’ y ‘Quiero Otoño de Nuevo’. Sin embargo, en donde la agrupación brilla más por la profundidad de su mensaje, sinceridad y trabajo instrumental es en el tercer corte del disco titulado ‘Ciudad Satélite’.
Una canción sobre el desamor que llega cuando te das cuenta de que el mundo no está formado alrededor del amor utópico que nos mostraron por años las películas de Disney. “Hoy mis ojos ya cansados de tanto buscar, Mis fantasías me hacen daño, No te voy a encontrar”, canta Estrella, tratando de dar significado a la pérdida de las ilusiones sobre una instrumentación fría que dicta que todo lo que conocemos son arquetipos inventados para darle significado a la vida, una vida en la cual no hay ningún significado menos el que tú le des.
“Se llama Ciudad Satélite debido a que mi padre, que es de allá, me decía que es muy parecido a Playas, el lugar en donde viví de niña, por ser tranquilo y lento. El título es una metáfora al lugar en donde yo vivía”, me declara Estrella, en un homenaje nostálgico a su pasado naíve y lleno de frustración por no ser capaz de dar con aquello que las historias nos prometieron por años.
La canción progresa a lo largo de los próximos 5 minutos liberándose de las mentiras y lidiando con fuerza ante la realidad entre gritos “quisiera sacar de mí mirada” y guitarras cargadas de feedback. Es una despedida a la infancia, un adiós a las creencias ingenuas de la juventud, de las ilusiones y promesas con las cuales las historias nos engañaron durante años.