Tras un disco con un lanzamiento tan desastroso como lo fue el de The Life Of Pablo (2016) y con una campaña de promoción prácticamente inexistente, hoy llegó el nuevo disco de estudio de Kanye West, uno de los raperos y productores más influyentes de la actual industria musical.
Bien es conocida la idea de que un verdadero artista es aquel que comparte su mundo interior con los demás sin censura y pese a quién le pese, Kanye West es un hombre que se ha vuelto famoso gracias a sus polémicas declaraciones. Muchos han señalado que habla antes de pensar y en este disco queda impregnada esa cualidad tanto en sus líricas como en su sonido. Es más, ni siquiera se tenía información tan relevante como el título del disco previo a su lanzamiento y según lo que ha declarado Kim Kardashian, esposa de West, la portada del material fue diseñada ayer por él mismo con la ayuda de una aplicación de su celular.
Todos estos datos dan para pensar que ye (2018) es un disco descuidado, incompleto y premeditado que muestra a West diciendo tonterías. Pero, contrario a su pasado material, esta inmediatez por compartir no ha dañado a su música, en su lugar la ha llenado de una fuerza de honestidad incomparable y de un sonido muy dinámico.
Sea utilizando el spoken word en ‘I Thought About Killing You’ o llevando a cabo experimentos tan complejos como el combinar dos armonías completamente distintas en un solo track, como en ‘No Mistakes’, Kanye hace uso de una paleta de sonidos minimalista, pero fresca para hacer llegar su mensaje respecto a los problemas personales que le ha traído el sufrir del desorden bipolar de la personalidad.
El disco inicia con un par de brillantes líneas respecto a la enfermedad mental, -“Los pensamientos más hermosos siempre son aquellos que son más obscuros/ Hoy he pensado seriamente en matarte/ Pienso en matarme a mí mismo, pero me amo más a mí que a ti/ Entonces...”-, sobre un sampleo de voces distorsionadas que no hace mas que volver más seductora la escucha.
‘Yikes’ es un tema repleto de sonidos brillantes que captura gracias a su intenso coro que comparte líneas con ‘Something I Can Never Have’ de Nine Inch Nails. -“Algunas veces me espanto de mí mismo“-, declara revelando que ha hecho de su ‘sombra’ una parte integral de su personalidad. El tema termina con Kanye gritando a todo pulmón respecto a su mirada de lo que es ser un bipolar, -“NO ES UNA DISCAPACIDAD, ES MI SUPERPODER, SOY UN SUPER HÉROE“-, dando un momento que recuerda bastante a lo realizado por Danny Brown en Atrocity Exhibition (2016), una influencia que se siente presente a lo largo de todo el material que no resultaría sorpresiva debido a que West se ha fijado a lo largo de la última década en proyectos de hip-hop experimental como Death Grips, principal influencia detrás de Yeezus (2013), y ojo, que los últimos trabajos de West y Brown incluyen toneladas de referencias al trabajo de la banda de rock industrial previamente citada.
‘All Mine’ y ‘Wouldn’t Leave’ contienen versos soul que no se sentirían fuera de lugar en su pasado proyecto discográfico, sin embargo, ambas tienen elementos que las hacen sobresalir y que sorprenden bastante en su escucha. La primera da inicio con una hermosa línea de órgano, cuenta con unos pegajosos versos de Valle y se despide con unos violentos sampleos industriales. ‘Wouldn’t Leave’ contiene la estructura y elementos pop que la convierten en una canción irresistible de beats sencillos, puentes en crescendo y una sentida lírica que Kanye West le dirige a Kim Kardashian respecto a una pelea que tuvieron tras la declaración en la cual Kanye dijo que la esclavitud es una elección.
Sin embargo, es en las últimos temas del disco en el cual Kanye West se abre a experimentar sin ningún tipo de estructura predeterminada. ‘No Mistakes’ es una compleja canción que revuelve sus elementos de una forma tan violenta que sorprende que sea todo un éxito, la intuición con la cual Kanye maneja sampleos de cosas tan distintas, entre las cuales se encuentra un paisaje sonoro hermoso, es muestra de su genio como productor. A fin de cuentas Kanye es el segundo ingeniero de sonido con más Grammys en la historia y todo ese talento ya comprobado lo vierte por completo en este pragmático tema que cuenta con otra referencia a Nine Inch Nails en la frase, -“I put my hand on the stove, to see if I still bleed“-.
‘Ghost Town’ hace uso de una grabación que data de los años 40 previo a iniciar con una instrumentación soul bastante animada aunque nostálgica que incrementa su tempo mientras la voz de Kanye se muestra inmune con tal de dar golpes que reafirmen la última tonada de sus versos. Es una canción preciosa, llena de detalles que se desenvuelve con una naturalidad risible.
El disco termina con la atmosférica ‘Violent Crimes’, la cual cuenta con Nicki Minaj en la voz principal y que cierra con West cantándole a su fallecida madre, rogándole que no se preocupe por él que siempre estará ahí para ella en toda su gloria y que hará que sea recordada siempre. Es un tema sumamente emotivo que sirve para dar un buen cierre al disco.
Al terminar se siente a la portada que acompaña a ye (2018) como un fiel reflejo gráfico del disco. Un material que va directo al grano, hecho sólo con la fuerza de la intuición de un hombre que se ha convertido en una de las mentes creativas más importantes de la historia de la música, un disco sincero en su totalidad y que no tiene miedo de revelar nada sobre Kanye West, quien se siente más suelto que nunca.
Es un disco que recibirá reseñas polarizadas en el siguiente par de años, pero que con el tiempo se convertirá en un clásico de culto.